Coleccion #99

PROSA SOLAMENTE TUYA El mayor de mis deseos eres Tú. El mayor de mis secretos es el que tú me guardas. La mejor forma de vivir es a tu lado. Pero la peor de las insatisfacciones es que me engañes; por eso te lo pido de rodillas si me quieres, jamás me engañes. Porque tú eres para mí el versículo más sagrado, en la más creíble de las prosas bíblicas que haya leído. Pasa por la noche tu ser y yo soy como la luna, que te miro pasan-do. Hoy no supe de ti pero mañana te veré en mi corazón como siempre. No soy tuyo. Soy nada. Dicen que venimos de la nada y a la nada regresaremos. No quiero ser eterno para ti. Solamente que disfrutes los momentos que pases conmigo. Lo siento. La vida la concebimos muchas veces de una forma equivocada y nos olvidamos del presente. Queremos eternizar a las personas y a las cosas. Nos apegamos sin el conocimiento de aceptar que todo termina. Hasta la eternidad aburre. Con el rumbo de tus caderas tuve un grave accidente entre mis piernas cubiertas y al desatar tus labios, se enfureció mi lengua al punto de apretarse entre mis dientes, para aliviar así el gemido que no quise que oyeras. Somos querosén y ramas secas caídas de un árbol. Démosle candela a la leña que el fuego no se hace esperar... Has contratado con tu alma para ti sola, un poeta del amor. Y los versos que pueden fluir de un manantial de inspiración, me los acaudalas con tu risa de musa engendrada de Afrodita y versatilidad de María Antonieta. Yo sé que te amo porque me amo a mí mismo. Yo sé que te quiero y te adoro, porque no hay nada más importante en esta vida que Tú para mí.